

Calefacción eficiente: más calor, menos madera
Una estufa no solo sirve para calentar un espacio, también aporta ambiente y confort a tu hogar. Además, puedes incluso ahorrar dinero si utilizas la estufa de la manera adecuada. Tanto si tienes una estufa de leña como una de pellets, solo con una buena preparación podrás obtener el máximo rendimiento de tu estufa. Pero ¿cómo hacerlo? No solo influye la calidad de la madera, sino también el mantenimiento y los accesorios adicionales de tu estufa. Te contamos cómo sacar el máximo partido a tu estufa.
Obtén el máximo rendimiento de tu estufa
Usar una estufa de leña parece sencillo, pero suele implicar más de lo que se piensa. La forma correcta de encender el fuego, una chimenea limpia y el uso de un ventilador para estufa: todos ellos contribuyen a aumentar el rendimiento de tu estufa.
1. Usa madera seca
La madera seca es muy importante cuando se utiliza una estufa (de leña). Al quemar madera húmeda, la estufa produce menos calor. Además, se genera más humo y olor, lo que provoca más suciedad en la chimenea y aumenta el riesgo de un incendio en ella. La buena leña contiene un máximo del 20% de humedad. La madera recién cortada necesita al menos entre 1,5 y 2 años de secado para alcanzar ese nivel.
2. Asegura una chimenea limpia
Una chimenea limpia es esencial para quemar leña de forma segura y eficiente. Al utilizar la estufa, pequeñas partículas de hollín y creosota se adhieren al interior de la chimenea. Cuando esto se acumula, aumenta el riesgo de incendio. Por eso, es importante limpiar la chimenea al menos una vez al año con una empresa especializada.
¿Por qué es bueno dejar ceniza en una estufa de leña?
Vacía tú mismo regularmente el cenicero de tu estufa de leña. Esto asegura una mejor circulación del aire. Es importante no vaciar completamente la bandeja de cenizas. Deja siempre entre 1 y 2 cm de ceniza. Una fina capa de ceniza actúa como un aislante térmico: ayuda a retener el calor y protege el fondo de la estufa del calor intenso y de la caída de troncos.
En las estufas de pellets, en cambio, suele recomendarse retirar completamente todas las cenizas.
3. Coloca un ventilador para estufa
Una estufa irradia calor desde un solo punto, lo que hace que la temperatura sea más alta cerca de ella que a varios metros de distancia. Además, el calor tiende a subir, por lo que en la parte alta de la habitación hace más calor que a la altura del sofá. Esto se puede evitar en gran parte usando un ventilador para estufa.






¿Cómo funciona un ventilador para estufa?
Un ventilador para estufa es un pequeño ventilador de unos 25 cm de alto que se coloca encima de la estufa. El ventilador funciona sin electricidad ni baterías. El calor de la estufa hace que el ventilador funcione: la energía se convierte en movimiento. En cuanto la estufa se calienta, el ventilador comienza a girar. A continuación, distribuye el calor de manera uniforme por toda la estancia. De este modo, utilizas tu estufa de forma más eficiente.


Un buen mantenimiento es la mitad del trabajo
Para poder disfrutar de tu estufa durante mucho tiempo, de forma eficiente y segura, es importante realizar un buen mantenimiento. No solo incluye el deshollinado, sino también la limpieza y la sustitución de ciertas piezas. Hemos reunido para ti una lista de puntos imprescindibles. Asegúrate de revisarlos antes de volver a encender la estufa este invierno.
Comprobar o sustituir la junta de la puerta
Con una junta de puerta desgastada puede entrar aire no controlado en la estufa. Esto provoca un mayor consumo de combustible e incluso puede poner en riesgo tu seguridad. Por eso es importante comprobar la junta de la puerta y sustituirla si es necesario. Una junta desgastada se reconoce de varias formas, entre ellas:
• La puerta ya no cierra bien
• El cristal de la puerta se ennegrece rápidamente
• Aumento en el consumo de leña
Prueba tú mismo el estado de la junta
Si dudas del estado de la junta, puedes comprobarlo fácilmente tú mismo. Para ello, coloca una hoja de papel entre la puerta y la estufa. Si la hoja queda bien atrapada y notas cierta resistencia al intentar sacarla, significa que la puerta cierra correctamente. Si puedes retirar la hoja sin esfuerzo, hay demasiada holgura entre la puerta y la estufa. Comprueba la junta y cámbiala si es necesario.
Comprobar y lubricar el mecanismo
Las estufas de leña modernas suelen contar con un sistema automático de regulación para optimizar la combustión. Las estufas de pellets, en cambio, suelen utilizar un ventilador en la parte inferior. Comprueba que estos mecanismos funcionen con suavidad. Lubrica regularmente las piezas móviles para evitar el desgaste.
Comprobar y sustituir las piedras refractarias
La mayoría de las estufas de leña cuentan con piedras refractarias en las paredes interiores. Su función es proteger las paredes de la estufa y mejorar la eficiencia de la combustión. Estas piedras retienen el calor y lo liberan de manera gradual. Las piedras de la estufa deben sustituirse cuando presentan grietas grandes o roturas, se han afinado demasiado o muestran zonas quemadas. Por ello, asegúrate de revisarlas antes de volver a encender la estufa este invierno.
Limpiar el cristal de la estufa
Para evitar que el hollín se acumule en los cristales de la estufa, es recomendable limpiarlos con regularidad. Puedes hacerlo fácilmente y sin complicaciones. Lo único que necesitas es un potente limpiacristales para estufas. Pulveriza el producto sobre los cristales (fríos o completamente enfriados) y déjalo actuar entre 3 y 5 minutos. Luego, retira el limpiador y la suciedad desprendida con una esponja húmeda. Repite el proceso si todavía quedan restos en el cristal.



